A continuación, un artículo publicado en LA PRENSA del domingo 25 de junio 2017, segmento OPINIÓN, pág. 12A, bajo el título "MUERTES SÚBITAS: Más vale prevenir..." cuyo autor es Daniel R. Pichel (d.r.pichel@mac.com).

MUERTES SÚBITAS: Más vale prevenir...

Habitualmente evito escribir de temas médicos. Ya uno tiene bastante con dedicarse todos los días a pensar en enfermedades y enfermos como para enfocarse en lo mismo un par de días extra cada dos semanas. Sin embargo a veces pasan cosas que ameritan hacer una excepción.

Dos o tres veces al año, escuchamos de algún caso de personas que mueren repentinamente mientras hacen ejercicio. Y siempre surgen las mismas preguntas: ¿Como alguien "en buenas condiciones" muere de esa manera? Y ¿Qué puede hacerse para evitarlo?

El perfil es siempre parecido. Un adulto de mediana edad (entre 30 y 60 años), que comenzó a hacer ejercicio hace relativamente poco tiempo y que, en un momento determinado, tomó la decisión de participar en alguna carrera o competencia. Lo más frecuente es que sea en carreras de entre 5 y 20 kilómetros, que son bastante accesibles para "corredores veteranos". Otros, se embarcan en aventuras más intensas, como maratones, triatlones o carreras tipo ironman.

Obviamente, estos "atletas" suelen comenzar su ejercicio como una recomendación médica, pero poco a poco lo van transformando en una actividad competitiva, sin las evaluaciones que debe cubrir toda persona que participe en deporte competitivo de alta intensidad.

Habitualmente se dice que estas personas sufrieron un "infarto masivo", cuando en realidad son otras las causas. Los mecanismos más frecuentes de muerte súbita cardíaca (que es el nombre real de lo que les ocurre) son principalmente dos: El primero, la obstrucción aguda de una arteria coronaria, como en un infarto de miocardio pero que produce una arritmia súbita en lugar de la muerte del tejido por falta de oxígeno, y el segundo, que un trastorno repentino del ritmo impida la contracción adecuada del corazón con la consiguiente suspensión de la circulación de la sangre, produciendo la muerte de forma casi instantánea. Cuando no es mediado por una obstrucción coronaria suelen existir condiciones previas que condicionan estas arritmias.

Si bien es imposible evitar completamente estos eventos, hay medidas preventivas que pueden tomarse para reducir su incidencia. Esas medidas pueden dividirse en las que deben tomar los atletas, las que son responsabilidad de los organizadores de las competencias y las que deben tomarse cuando ya ocurrió una de estas muertes.

Para comenzar, hacer ejercicio no es sinónimo de estar saludable. Si bien la actividad física es un elemento importante del bienestar físico, se puede ser activo y tener problemas de salud. Algunas personas que nunca fueron atletas, y que comenzaron a ejercitarse para perder peso o tener un mejor estado físico, consideran que, porque corren tres o cuatro kilómetros diarios, ya son los herederos de los poderes de Supermán y pueden exceder las capacidades normales de su organismo, hasta niveles extremos. Por eso, todo adulto que considere comenzar a entrenar regularmente debe hacerse una evaluación médica que incluya como mínimo: Un examen físico completo, laboratorio con perfil de lípidos y glucosa, para determinar el riesgo cardiovascular, y un electrocardiograma para buscar signos de posibles alteraciones del sistema eléctrico del corazón, que pudieran condicionar arritmias. Si se quiere, puede incluirse una prueba de esfuerzo para definir la capacidad y programa de entrenamiento y un ecocardiograma para buscar cambios estructurales del corazón que lo hagan propenso a muerte súbita.

Otro riesgo que no se toma en cuenta es el uso de sustancias para reducir el apetito, aumentar el rendimiento físico o desarrollar la masa muscular. Muchas veces, estas sustancias (suplementos, hormonas y anabólicos), son utilizadas sin haberse hecho una evaluación previa. Incluso, no es raro que sean recetadas y administradas por entrenadores que no necesariamente conocen ni entienden los riesgos preexistentes de la persona. Muchos de estos estimulantes pueden contribuir a desarrollar enfermedades cardiovasculares o muerte súbita. De ninguna manera se debe consumir estos productos sin la autorización previa de un médico entrenado en fisiología de ejercicio o medicina deportiva.

Los organizadores de los eventos deben entender que en toda competencia pueden ocurrir estos hechos desafortunados. Y cuando ocurren, no basta con tener un número de teléfono para llamar una ambulancia. Cuando ocurre una muerte súbita, existe una ventana de aproximadamente 10 minutos para recuperar el ritmo cardíaco. La probabilidad de sobrevida sin secuelas neurológicas permanentes, se reduce 10% por cada minuto que pasa desde el paro cardíaco hasta la recuperación de la circulación.

De allí que siempre debe contarse con personas capacitadas en reanimación cardiopulmonar y con suficientes desfibriladores a no más de cinco minutos de cualquier punto del trayecto de la carrera. Igualmente, se debe tener un servicio de transporte del paciente para llevarlo a un hospital en donde se pueda seguir su tratamiento.

Por último, a toda persona que muere súbitamente, mientras hace ejercicio, se le debe hacer una autopsia para definir de forma precisa la causa de muerte. Muchas veces esto se difiere por razones familiares, por creencias religiosas o por prejuicios sociales. Pero hay que entender que estas condiciones pueden ser hereditarias y es básico determinar hasta qué punto los familiares pudieran estar afectados por una condición similar. Aunque a muchos no les agrade, la conducta responsable es determinar, de forma precisa, la causa de la muerte.

A otros les parecerán exageradas estas recomendaciones, y considerarán que no es necesario todo esto, por un evento que sigue siendo poco frecuente. Yo propongo que le pregunten a los familiares de alguien que haya muerto súbitamente, durante una carrera, si lo hubieran considerado exagerado. Me cuentan qué les contestan...

Dr. Daniel R Pichel, FAHA, FACP, FACC
Cardiologos Asociados de Panama
Universidad de Panama/UIP
dpichel@cardiologos.com
@drpichel

regresar a inicio, artículos